Bolsa con Ratas Parte 2

Segunda y ultima parte de esta historia, un poco mas asquerosita que la primera

Si les gusta y les pinta voten, comenten y compartan, Muchas Gracias

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Alison me gritaba desesperada  –Eso tampoco lo escuchas? Está golpeando la puerta con algo–

Yo seguía sin escuchar nada de esos sonidos, solo escuchaba a mi perro ladrar desde afuera

Eric me ordenaba ayuda mientras sostenía el mueble –Sostén la puerta, Ayúdame Alan!–

Janet que parecía la más estable de los cuatro también gritaba desesperada –Que quieres? Quién eres? No tenemos nada vete!

Yo seguía sosteniendo la puerta aunque sin escuchar o sentir ningún golpe contra la puerta, estaba totalmente confundido y la luz de emergencia me aturdía más por momentos pensé que me había desmayado con el golpe y todo esto lo estaba soñando, la cabeza me escocia del dolor, las actitudes de los chicos eran demasiado reales para ser una broma

El grito de Eric estallo contra la puerta –Tienes mi Billetera arriba de la mesa, Deja de golpear, Agárrala y lárgate!

Alison se había quebrado en llanto – Que se vaya, por favor que se vaya–

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En ese instante Norvo dejo de ladrar, todos dejaron de gritar y el silencio se apodero de la casa, empezamos a buscarnos con la mirada y pase de sentir que el corazón me estallaba de lo rápido y fuerte que latía a sentir una gran angustia mezclada con tranquilidad. Note que esa horrible sensación también era compartida con los demás presentes en el cuarto, era como si nuestros corazones se hubiesen detenido de golpe. Nos quedamos unos instantes sosteniendo la puerta y el mueble, luego mire hacia la ventana y vi la tormenta. Siempre me ha encantado ver la tormenta y sentir la brisa fresca del viento, esas luces incandescentes de los relámpagos y el sonido poderoso de los truenos mostrando toda la fuerza de la naturaleza. Pero no fue lo que sentí cuando la mire,  la tormenta me transmitía una inmensa tristeza, una fuerte presión en el pecho y en el estómago como si se me quisiera escapar por la boca y otra vez ese frio cortante y penetrante en mi espalda, como si las garras de la muerte me acariciaran antes de apuñalarme. Mordí la manga de mi campera y llore unos minutos en silencio para tratar de lavar ese sentimiento, vomitarlo de mis entrañas pero no se iba, hasta que la calma se volvió insoportable y me estaba sintiendo histérico, no soportaba más el silencio de ninguno, pero el dolor de cabeza había cesado.

 

Eric rompió el fastidioso silencio diciendo con voz de alivio y respiración agotada

–Se fue, dejo de golpear–

–De seguro escucho lo de la billetera, la tomo y se fue– dijo Alison mientras se secaba las lágrimas negras por el maquillaje y se sentaba de nuevo en la cama

Janet me miro, me abrazo y trató de consolarme –Ya corazón ya paso quédate tranquilo, la puerta está bien trabada, nos vamos a quedar acá juntitos hasta que amanezca tengamos luz–

Pero yo no estaba asustado lo que sentía era un vacío en el alma y desesperanza

Eric se quebró en llanto como jamás lo había visto mientras no dejaba de sostener el mueble y mantenía apoyada su cabeza en el

–No se ustedes pero yo en vez de sentir terror siento tristeza, mucho dolor en el pecho. Saben que no lloro nunca, mi padre dice que es de débiles, mi padre no me dejo llorar ni cuando murió mi madre–

 

Trate de tranquilizarlos y tranquilizarme yo también

–Seguro estamos confundiendo sentimientos por esto que estamos pasando, pero ya está todo bien–

 

 

 

Janet miro hacia la ventana y cambio de tema –Mira las ratas están rompiendo las bolsas–

–Que bolsas?– Le pregunte

Pero sin recibir ninguna respuesta mire hacia la ventana escrute la escena de casi una decena de ratas rompiendo las bolsas industriales repletas de basura, No había visto esas bolsas antes o no les había prestado atención y era demasiado extraño que mis padres dejaran un volumen de basura tan importante sin sacar

Janet volvió a susurrar para sus adentros  –Quizás haya comida, por eso están desesperadas por abrirla–

Nuevamente un bullicioso trueno sonó pero esta vez Alison no grito – Vieron el espejo?–

–No que paso?– dijo Eric sin mostrar el más mínimo reflejo de emoción

Alison no sonaba asustada sino deprimida y con ganas de llorar de nuevo

–Ahí, cuando cayó el rayo e ilumino todo el cuarto en el espejo nos vi a nosotros cuatro llenos de sangre por todo el cuerpo–

Eric quiso calmarla amablemente –No mi cielo mira, no hay sangre, ves? Alan nada más tiene sangre por que se golpeó la cabeza cuando fue a buscar los doritos y la herida ya suturo–

Alison estaba convencida de lo que vio y contesto a Eric –Sé muy bien lo que vi, éramos nosotros cuatro en los mismos lugares con los cuerpos en reposo y ensangrentados con las ropas rasgadas, tu Eric tenías las manos Atadas con tu propio cinturón, era la hebilla con el símbolo de la armada y yo amordazada con mi pañuelo de seda, fue solo un segundo pero lo pude ver bien claro–

Janet interrumpió – Se está inundando, está entrando agua por debajo de la puerta–

Yo veía el agua entrar pero no me importaba, ni el agua ni absolutamente nada.

 

De repente sentí que me tironeaban del pie, no sentí temor alguno ya que tampoco me importaba, hasta que me jalo con mucha fuerza y casi me tira al suelo, lentamente gire mi cabeza, mire mi pie y sonreí, sonreí a pesar de no sentir nada, era mi perro mordiéndome los cordones –Bueno pequeño ya está échate en el suelo y quédate quieto, deja en paz los cordones– Le dije mientras le acariciaba el lomo

 

Janet se sentó en la cama y me decía mientras también acariciaba al animal  –Tan grandote y sigue mordiendo los cordones?–

–Si ya es un Bull Dog Adulto pero no se le va la costumbre– Conteste resignándome a que jamás se le iría la maldita maña.

 

Esa era la primera vez que me mordía los cordones de las zapatillas aun puestas y creo que fui el único que se preguntó cómo es que Norvo pudo entrar si la puerta está trabada con un mueble?

 

Mi interrogante fue interrumpido por el sonido del timbre, un timbre musical que también instalo mi padre con la melodía de “Sonata claro de luna” una suave y triste melodía que encajaba a la perfección con el momento, nadie menciono una sola palabra hasta que la melodía acabo, luego Alison dijo lo evidente –Tocan el timbre–

Eric empezó a buscar en sus bolsillos mientras me decía

–Debe ser la pizza, cuánto es?–

 

Saque mi billetera la abrí y le dije –Pago yo ya que no tengo cambio–

Mire a Janet con su mano estirada y un billete de 10$ –Es todo lo que tengo perdón– Me dijo y se encogió de hombros.

No quería recibírselos porque era todo lo que tenía de verdad, pero si no se los recibía seria como despreciarla y hacerle pensar que su dinero no vale nada

Alison no se molestó por aportar solo le dijo a Eric –Paga tu Amor, yo no traje nada–

Eric resignado dijo –Como siempre– Creo que ya se la esperaba

En ese momento recupere la cordura y pensé en voz alta –Pero que estamos haciendo? No sabemos si hay alguien en la cocina y nos preocupamos por las pizzas? Porque estamos actuando como Idiotas?–

 

Los gritos de Alison volvieron con el estallido de un nuevo trueno –Ay! Vieron eso? Ahí! Otra vez! En el espejo, lo vieron?

–Si– Dijimos los tres al unísono pero Eric agrego –De seguro es por el miedo que tenemos y las sombras mal reflejadas que nos hacen alucinar cosas–

Alison miro a Eric poniéndole los ojos en blanco en señal de ironía

– Los cuatro alucinamos lo mismo? No te parece dudoso? Querido–

A lo que argumento Janet como toda una científica –Si, por que los cuatro estamos en la misma situación de tensión y por ende la percepción se altera y ciertas zonas del cereb…

–Mi Auto!– Interrumpió Eric y empezó a ponerse desesperado –Las llaves del Auto quedaron al lado de la billetera, ese Hijo de Puta se va a llevar el auto, Tenemos que salir–

–No Amor, no salgas es peligroso– Dijo Alison agarrándolo de los brazos tratando de serenarlo

Eric tartamudeaba –Es es es el Auto de mi padre no lo entienden, si no me mata el tipo que entro me mata mi padre, ustedes no tienes un padre sargento–

En ese momento pensé en usar el teléfono celular pero recordé que el mío quedo sobre la mesa junto al de Eric y el de Alison esta debajo de un mueble o quizás secuestrado por una rata–gato–mutante

Janet compartió una idea –Mi celular esta sin crédito pero tengo llamadas gratis con el teléfono fijo de mi casa–

Eric se calmó un poco y con voz más relajada dijo –Bueno Llama a tu madre y cuéntale todo lo sucedido y que le avise a la policía, el sargento va a matarme–

Janet busco en la agenda del teléfono y llamo a su casa – Hagan silencio, está sonando– Dijo calmada

Luego de unos instantes sonrió y saludo –Hola Mamá?–

La voz de Mónica, su madre, esa voz inconfundible gastada por el cigarrillo se escuchaba muy bajo pero bastante claro gracias a mi buen oído

 

–Janet? Te fijaste la Hora que es? No piensas volver a tu casa? Y tampoco piensas contestar el teléfono? Me he cansado de llamarte–

Dijo Mónica bastante enfadada

Janet algo sorprendida contesto – Espera Mamá No tengo ninguna llamada perdida tuya y bueno con esta tormenta no puedo volver aun–

Mónica con la voz más irritada y tosca le respondió –La tormenta se acabó por la mañana temprano ya son casi las 12 del mediodía, te vuelves AHORA!!–

Janet estaba confundida y atónita, no pudo articular una sola palabra y se cortó la comunicación

Eric empezó a enfadarse de nuevo  –Que te dijo? Porque no le dijiste lo del tipo que se metió a la casa? Porque no le dijiste que llamara a mi padre? No hiciste nada de lo que te ordene que hicieras–

Trate de calmar a Eric ya que yo si había escuchado las respuestas sin sentido de Mónica.

Le pedí a Janet que llamara de nuevo mientras acariciaba su espalda en círculos con mi mano y masajeaba su hombro y cuello

Janet presiono REDIAL para llamar nuevamente

–Hola Mamá?– Fue lo primero que dijo

Una Voz temblorosa de mujer anciana al otro lado le respondió –Hola? Quién Habla?–

Janet creyó  haberse equivocado y marcar un numero de más luego del REDIAL aun así pregunto –Hablo con Mónica? Mónica Featherman?–

La señora anciana con la voz dulce y con la respiración jadeante le respondió –Nooo, no, no, no, no, esa señora no vive más aquí, después de lo que le pasó a su hija se mudó–

 

Janet tan confundida como yo sabiendo que lograba escuchar la comunicación me miro sin saber que decir, pidiéndome ayuda sin emitir sonido alguno, solo con la mirada y los ojos llorosos paralizada del miedo.

Tome el teléfono y conteste –Que cosa? Mónica solo tiene una hija, donde esta Mónica? Que le paso a la hija?–

La anciana respondió como escapándose de la conversación –Ay mire no le escucho bien es que estoy anciana y sorda pero lo mismo yo de esas cosas no hablo, así que chau adiós me voy a hacer la merienda a mis nietos–

La llamada se cortó luego de eso.

Janet tomo coraje me arrebato el teléfono, confirmo bien el número y llamo una vez más

– Hola Mónica– Esta vez la voz de Janet era firme, seria y segura

Esta vez fue la voz de Mónica la que respondió –Si, ella misma, con quien hablo?–

Janet dejo salir un suspiro aliviándose y respondió –Mamá menos mal que me atendiste tú, la estamos pasando muy mal acá en casa de Alan–

Mónica volvió a preguntar como si no hubiera reconocido la vos de su hija –Perdón? Quien Habla?–

Janet respondió con un tono de obviedad –Yo Mamá, Janet, quien más?–

Mónica tomo una bocanada de aire y respondió con voz furiosa, más que de lo costumbre, se notaba que le dolía la garganta al esforzarla con los gritos

–Mira Pendeja, No sé quién seas pero no quiero que vuelvas a llamar y molestar más, déjame a mí y a Janet en paz si? Con esas cosas no se jode– Y corto la llamada

Janet se desesperó y volvió a llorar gritándole al teléfono –Ma, Mamá! No cortes, no me cortes, má soy yo, soy Janet, no me cortes por favor! Por favor!

Solo pude abrazarla por la espalda envolviendo mis brazos en su cintura y colocar mi rostro en su hombro como escondiéndome para tratar de fingir que yo no estaba llorando también y hablarle despacio al oído para tratar que Janet se relaje

Ya me estaba acostumbrando a los gritos de Alison –Chicos! las Ratas, están entrando a la casa–

Las ventanas de repente estaban abiertas, el viento introducía ráfagas de hedor a basura húmeda y en descomposición que nos generaban arcadas y las ratas entrando como si esta fuese su casa, enormes, de pelaje oscuro y roñoso con el mismo olor que sentí bajo el mueble impregnado en ellas, patas uñudas y arrastrando la pesada cola como si esta fuese una lombriz larga, gorda y sin vida y ese chillido agudo particular que solo hacen las ratas, pero multiplicado por mil.

 

Tome una escoba de detrás del armario y le pase un lampazo a Eric para que pudiéramos empujarlas hacia afuera.

Alison solo nos ayudaba desde arriba de la cama indicándonos lo que nosotros ya veíamos sin su ayuda

–Chicos allá! Allá entro una, Allá entro otra–

Era bastante extraño que las ratas entraran de ese modo y que fuera en esa cantidad, era imposible mantenerlas a todas afuera y menos con Alison gritando en vez de ayudar y Janet sentada en el suelo al lado de la mesita de noche, resignada como si entendiera todo pero no le importara nada

Sentí un fuerte dolor como si me desgarraran el talón y grite – Aoh! Malditas ratas, una me mordió–

–A mí también, Ayúdame Alan– dijo Eric gritando mientras intentaba sacarse exasperantemente una rata de su espalda–

La espalda de Eric es ancha y musculosa, sus brazos no eran muy flexibles, solo no podría quitarse la rata de encima, lo primero que pensé fue en darle un fuerte golpe, su espalda lo resistiría y prácticamente no lo sentiría, lo golpee pero la rata no se soltaba, así que lo intente una y otra y otra y otra vez,

–Alan Para!– Grito Eric, creo que su espalda no era tan resistente o yo estaba muy eufórico y cargado de  adrenalina

Eric tubo que quitarse la remera para poder deshacerse de la rata, mostrando toda la musculatura que habían logrado años de entrenamiento militar que por lo visto en el ejército no entrenan soldados para luchar contra ratas.

Alison por fin dio un dato que no notamos –Caen del techo–

No podía creer lo que mis ojos veían, estaban caminando por las paredes y techos como si no existiese la ley de gravedad, le grite a Janet que no se había movido de su rincón, ni si quiera seguía la situación con la mirada o al menos haber dejado caer alguna lagrima

–Janet que haces ahí!? Levántate del suelo y súbete a la cama! Te van a morder las ratas! Janet! Hazme caso! Janet!- Mis palabras eran en vano, Janet yacía sentada sin responder

Eric seguía tratando de rechazarlas hacia afuera mientras me decía –Está paralizada Alan, súbela tú y súbete también a la cama, dame la escoba que es mejor–

Me subí y subí a Janet a la cama, la tome de los hombros y la sacudí lo mas fuerte que pude esperando alguna respuesta pero ella solo miraba a la nada

–Janet por favor responde, muévete, haz algo, dime algo– Le gritaba desesperanzado

Ella aun con la vista en el vacío me dijo –No tiene sentido ya entendí todo, no se puede hacer más nada–

Detestaba cuando ella decía cosas como esa, normalmente cuando me dice que todo está perdido es porque así es, siempre tiene razón en eso

Luego de un momento de silencio entre ella y yo dejo de dispersar la mirada para buscar mis ojos y decirme

–Todas las piezas del acertijo encajan, solo hay una respuesta para todo este desastre, una muy mala respuesta y el final es más que inevitable–

Luego de terminar la misteriosa frase, que para mí no tenía ningún sentido entonces pero que no me atrevía a preguntar, toda la habitación se vio iluminada por un relámpago que resplandeció por varios segundos y pudimos ver claramente lo que Alison vio, éramos nosotros cuatro con el cuerpo lleno de sangre y las ratas mordiéndonos por todos lados

Ya estaba saturado por la situación quería que  esta locura se terminara, repentinamente y de la nada la cama empezó a temblar, a sacudirse, levantarse y moverse de norte a sur, de este a oeste, se movía y se balanceaba para todos lados como un toro mecánico, rechinando y crujiendo las viejas maderas que de seguro se romperían en cualquier momento, estábamos realmente asustados todos excepto Janet, esa noche nos había sucedido de todo y aún faltaba más, pero por más que tratara de imaginarme lo que podría estar debajo de la cama, no quería saberlo y ya no teníamos fuerza para enfrentarlo, estábamos quebrados emocionalmente.

 

En ese momento Norvo sale debajo de la cama y empieza a ladrarles a las ratas, las ratas retroceden temerosas a los ladridos y huyen de por donde entraron, en ese momento todos sentimos un Enorme Miedo y ese miedo se transformó en odio, un potente odio hacia el miedo y ese odio hacia el miedo podría llegar a denominarse como valor, así que nos armamos de valor, hicimos a un lado el mueble abrimos la puerta y cruzamos la cocina–comedor a oscuras, justo en ese momento la luz retomo, la luz, la tan preciada luz, era lo que estuvimos esperando todo ese tiempo ansiosos, pero definitivamente hubiese preferido seguir en penumbras, nos miramos y nuestras figuras no eran lo que recordábamos teníamos la piel pálida pero con un color amarillo oscuro como si nos hubiesen untado la piel en yodo, mis Amigos y yo empezamos a sentir las ultimas fuerzas abandonándonos y nos arrojamos al suelo, sentía fiebre, sentía que la piel me ardía como si estuviese desnudo y bajo el sol de un desierto, luego el sudor se extendía por todo mi cuerpo y me congelaba, sentía mis extremidades entumecidas y el resto del cuerpo como si estuviera enterrado en filosas escarchas de hielo. Unas dolorosas ganas de vomitar como si lo que fuese a expulsar fuera mi propio corazón, un desmesurado dolor en la garganta como si alguien quisiera arrancarme la lengua y desgarrarme la carne de la faringe con un garfio de metal al rojo vivo, sentía como si me ahogara en mi sangre espesa y ese olor nauseabundo proviniendo de mi interior, y el asqueroso sabor en mi boca como si hubiese  chupado cobre de moneda quemada. Un zumbido en mi cabeza comparable con el de mil aves gritando en mis oídos y por ultimo un dolor paralizante en todo mi cuerpo como si todos los sensores del dolor se hubiesen activado al mismo tiempo, la agonía ya había dejado de ser un concepto valido para describir lo que sentía.

 

Como pude me arrastre hacia el patio donde estaban las bolsas, me arrodille para abrir las puertas y al apoyarme sentí como si me hubiesen limado las articulaciones de las rodillas y las hubiesen remplazado por cristales de vidrio roto, logre abrirlas temblando de dolor dejando que el agua inmunda entre, manchando los pisos, dibujando nubes rojas en los mosaicos, en ese revelador instante el dolor había desaparecido por completo… o quizás… seria que el impacto de lo que vi allí afuera me hizo olvidar el cruel sufrimiento, pude ver las bolsas destrozadas por las ratas y dentro de ellas nuestros cuatro cadáveres tan destrozados como las mismas bolsas alimentando a un par de ellas, Esa imagen me hizo recordar algo, yo fui el primero en irme, ese golpe que había sentido en mi cabeza me agarro desprevenido, caí en seco no pude ver quien lo hizo y tampoco pude prevenirle a los chicos, y ya no recordé mas nada, luego Janet arrodillada también se poso a mi lado, la mire a los ojos, sentí una gran impotencia y le grite llorando “Perdón” pero mi voz  apenas se oyó ahogada por el llanto.

 

Todas las piezas del acertijo encajaban, solo había una respuesta para todo este desastre, una muy mala respuesta y era más que inevitable… Hacía ya varias horas que estábamos muertos…

 

FIN

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Bolsa con Ratas Parte 1

Despues de tanto tiempo sin escribir decidi escribir algo distinto y añadir una nueva categoria «Terror» espero les guste y lo disfruten 

La pantalla de mi teléfono celular marcaban las 9:13 pm, mis padres se habían ido hace varias horas y me habían dejado la casa por 2 días para mi entera disposición, así que pensé “vamos a hacer barullo”, esta amenaza de tormenta no me impediría divertirme.

 

Eric dijo que en 30 minutos pasaría a buscar a Alison y luego a mí querida Janet, tengo tiempo  de comprar unos snack y algunas cervezas ya pediremos algo para comer cuando ellos hayan llegado.

 

Fui hasta minisúper de la esquina, y mientras caminaba comenzaba a notar que el clima estaría algo inestable esa noche. Ya en el minisúper compre media docena de cervezas y el doble en bolsas de Doritos. Tenían que alcanzar a menos que mi Janet se las cargara ella solita.

 

Cuando estaba llegando a casa ya me estaban esperando todos en la entrada. Todavía no puedo creer como vine a hacerme de este conjunto de amigos: Eric es un morocho robusto de cuerpo firme y cabello corto al estilo militar al que un disfraz de súper héroe le queda más que pintado. Con su casi metro noventa muestra una firmeza envidiable en cada paso y movimiento que hace. Eric sale desde hace dos años con Alison una muchacha muy menuda de cabellos lacios, dorados y sin vida que tarda horas en peinar para que al final no valga la pena. Allí estaba Alison, frente a mi casa, blanca como un vampiro inglés y vestido de rosa como una niña que no quiere madurar… Si fuera más bonita podría ser modelo, con esas piernas larguísimas que le permiten lucir cualquier minifalda y una altura apenas menor a la de Eric. No sé qué vio Eric en ella, esa chica le tiene miedo a todo, pobre mi Amigo ha sido hipnotizado. Y ahí está mi Janet, tal vez yo también este hipnotizado, físicamente no es mucho más robusta que Alison  pero se alimenta como 8 de ellas, a veces pienso que acepto ser mi novia solo para vaciar mi refrigerador, pero lo que me cautivó fue su inteligencia, su rebeldía, su pasión por los acertijos y su vocabulario complejo que me encanta aunque no lo entienda, puede quedarse horas mirando la nada, solo pensando y además canta como ninguna. Cruce la calle para encontrarlos y nada más llegar me miraron como si hubiera cometido un pecado imperdonable.

 

– Oigan chicos, cambien esas caras! – Les dije– No fue mi culpa que esperaran, ustedes llegaron demasiado temprano además solo fueron 5 minutos

Eric no tenía su mejor humor esa noche, y se lamento

– Si Alan pero es que el clima amenaza con granizo y hasta que no cumpla los 21 años el auto sigue siendo de mi padre y me matara si le aparece algún rasguño –

 

Alison se mostró conciliadora por una vez y con su voz de niña intento calmar un poco los ánimos  – Bueno chicos no peleen, vinimos para pasarla bien –

Janet me abrazo como solo ella sabe hacerlo para relajarme, a veces el mal humor permanente de Eric me sacaba de mis casillas.

–Vamos amor – me dijo después de saludarme con un cálido beso.

Le pase las cervezas a Eric y abrí la puerta de rejas, cruzamos por la senda de ladrillo visto que pasea por todo el jardín que tanto se empeñaba mi madre en hacer que se vea bonito, hasta la casita del perro lucia perfecta pintada en tonos pastel que yo detestaba. Entramos a la casa y dejamos los refrigerios en la encimera de la cocina mientras los chicos hablaban entre ellos animadamente.

La cocina–comedor de mi casa  es el sueño de cualquiera y sin embargo su lujo me parecía rayano en lo innecesario: horno microondas, refrigerador, aire acondicionado y televisor de última generación. Tiene un aire muy  moderno y hasta un toque futurista con las instalaciones de luces de densidades ajustables que ingeniosamente  coloco mi padre. No sé si las puso porque le gustaban o para que cada vez que vinieran visitas poder alardear de su mando universal para controlarlo todo…

 

Alison me interrumpió de mis pensamientos.

–Tengo hambre, –dijo–  abrimos una bolsa? –

Janet me ahorro el contestar… ya estaba cómodamente sentada devorando una de las bolsas.

– Yo ya empecé, terminemos esta primero – dijo inclinando su cabeza y curvando una sonrisa. La mire y le sonreí

 

– Me encanta cuando ríes con la boca llena cielo, te queda tan sexy– le dije entrecerrando los dientes

Ella me sonrió con toda la picardía en los ojos y replicó

–Te encanta todo lo que hago con mi boca–

Eric que aún no se había sentado y miraba la escena con una mezcla entre repulsión y envidia dijo exasperado

 

–Por favor ya basta… Su vida íntima no nos interesa

Y Janet con una sonrisa irónica y sin dejar de mirarme atino a decirle

–Mal pensado, hablaba de cantar–

–Si claro yo también – Replicó Eric

 

Mientras charlábamos un viento intenso y agonizante había comenzado a soplar afuera, las luces habían estado parpadeando un par de veces con amenazas de corte de energía y justo unos instantes después… se apagaron definitivamente.

–Ah Fantástico! – Dije malhumorado– Sin energía y la única luz de emergencia titila como una baliza

Alison, que había permanecido en silencio y casi como parte del mobiliario hasta entonces eligió justo ese momento para ejercitar su sarcástico humor sin gracia.

–Muchas luces bonitas de adorno pero cuando se necesitan para una emergencia fallan

Eric visiblemente enfadado le lanzó una mirada de enfado tan gélida que su leve sonrisa de triunfo se desvaneció al instante

Trate de minimizar la situación.

–No pasa nada, alguien lleve esa luz y los doritos a la pieza de mis padres, tiene mejor iluminación y vista desde la ventana. Yo tratare de abrir una cerveza en la oscuridad, supongo que miraremos la tormenta desde la ventana en vez de una buena película –

– Oh! Voy a tener que soportarlos a ustedes hablando? Porque no me quede en casa?– dijo Eric molesto

Eric me estaba irritando y no pude evitar cierta satisfacción al decirle

– Viniste porque  tu novia te domina y ella quiso venir para ver a Janet –

Desde el pasillo, llegó la voz de Alison

– Y tiene toda la razón mi cielo –

–Ja! pues  espero que ahora te vuelvas caminando a casa mi vida –

Contestó Eric casi gritando

 

Todas las habitaciones de la casa tenían muebles de roble muy antiguo, de esos con la pintura opaca, la madera astillosa y reseca. No entendía porque mis padres que tanto empeño habían puesto en el resto de la casa no tuvieron la dignidad de tirar esos muebles. Su hora había pasado hacía rato y sin embargo ellos se empeñaron en ese rollo del legado familiar. Sinceramente me daba vergüenza haberlos hecho pasar a la habitación de mis padres con esa cama que crujía y rechinaba hasta cuando mi padre roncaba dormido en ella, pero fue lo mejor que se me ocurrió.

 

 

Cuando entre en la habitación ya se habían acomodado en la cama como si fuera un sillón grande, por la ventana que da a nuestro pequeño patio se podía ver  la noche que se cortaba con el metálico brillo gris de los relámpagos. Le pase a Janet  la botella que a pesar de estar escaso de luz la abrí sin problemas, y me recosté a su lado. Janet no tardó ni un segundo en degustar la cerveza.

Mmm Hah! Sabrosa, fría y espumosa, Amor y las pizzas? – Me dijo luego de deleitarse

Increíble, eso me pasa por ser el dueño de casa, resignado me levanté, para buscar el teléfono y encargarlas. Mientras salía de la habitación la voz de Eric resonó a mis espaldas

–Wow! Vieron eso? Me encantan los refucilos, adoro las tormentas cuando mi auto está bajo techo –

Desde la cocina, se escuchaban las voces de los chicos.

– “Tu” Auto? De tu padre será – Dice Alison denigrándolo –

– Si, “Mi Auto”, ese que te lleva y te trae a todos lados–

– Pero aún no es tuyo –

–Ya lo será, dentro de un año quizás – Dijo susurrando con algo de tristeza en la voz.

 

Me estaban haciendo enfadar, apenas si escuchaba la voz al otro lado del teléfono

–  Se pueden callar? Estoy pidiendo las pizzas – Grite con euforia mientras tapaba el tubo del teléfono con mi mano

– Disculpe, cuanto tiempo de demora me dijo? –

Apenas oí su respuesta pues en ese instante sonó un trueno estrepitoso que asustó a las chicas…

–Wow! – Exclamó Janet– Ese fue con ruido!

– Ay! – Chillo Alison– A mí me dan miedo los Truenos –

 

Termine de hablar con la pizzería y volví a la habitación.

– Listo en 20 o 25 minutos las traen, de que me perdí? – Les dije mirando a todos y cada uno

Eric en ese momento intentaba hacer entrar en razón a Alison que se aferraba a sus absurdos temores.

–No seas tonta amor, como le vas a tener miedo a los truenos no hacen nada son solo ruido, nada mas

Yo no podía dejar pasar la ocasión de vengarme por el comentario anterior, por lo menos si iba a tener miedo que fuera de algo en serio.

–En realidad si te cae un rayo te mata, y por aquí caen muchos cerca –Le dije mintiéndole e imitando la estúpida sonrisa de triunfo que me había dedicado antes

 

–La cerveza  quien la tiene? – Dije cambiando  el tema

Janet lánguidamente estiró su brazo y me alcanzó la cerveza que ya se estaba comenzando a entibiar.

Alison de la nada exclamó  –Ay qué asco!

–Qué cosa Alison? – Preguntó Eric visiblemente molesto

Alison, estaba de verdad bastante asustada y con su voz entrecortada

–Una Rata! pasó corriendo por la pared, era grande negra y coluda–

–En casa no hay ratas – La tranquilice, su histeria me ponía irascible

– Probablemente fue un gato, y Alison si te vas a subir tus delicadas pesuñas en la cama sácate las zapatillas por favor– Mi mal humor era palpable en mi tono de voz

Alison respondió con mueca de asco –Dggg eso era una rata, y descuida, ya  me las saco no quiero ensuciar tu cama del siglo XVIII–

Antes de que yo pudiera contraatacar a su contestación se escuchó un aullido escalofriante muy cercano a lo que Eric pregunto

– Y ese aullido? Eso me puso la piel de gallina–

Enseguida le conteste haciendo de cuenta que no me importaba en absoluto el comentario de Alison –Ese fue mi perro Norvo, pobre se ha quedado afuera pero no pienso dejarlo entrar–

Alison haciendo cara de niña bondadosa agrego –Pobre animal, déjalo entrar, a ti no te gustaría que te dejaran afuera –

En ese momento aproveche para devolverle el comentario ofensivo –Lo lamento por él pero se lo merece por elegir la rama evolutiva equivocada, los perros y perras– Dije remarcando la palabra “perras” con un tono de voz más elevado, algo burlesco y mirándola fijamente a los ojos

–Y además se come los cordones de mis zapatillas así que no entrara está castigado– Agregue al final

Eric interrumpió para  apaciguar el ambiente –Si, si es cierto, eso era una rata acaba de pasar de nuevo–

Janet dijo casi susurrando como sacando sus propias conclusiones internas –Deben haber enloquecido por la tormenta–

Alison se quedó mirándome con mala cara y para cortar con el silencio incomodo que se generó pregunte casi afirmando – Se acabaron los doritos verdad?–

–Cómo sabes?– Contesto Janet al instante

La mire, sonreí y con voz irónica le dije –Porque de repente empezaste a hablar de nuevo

–Jajajaja Si– me contesto ella tirando su cabeza hacia atrás y con la sonrisa más grande y con toda la dulce alegría de alguien que tiene el estómago lleno de doritos y el mentón y el cabello con restos de snack y sal.

 

En ese momento la luz de emergencia se apagó totalmente, por un lado fue mejor ya que esa luz me estaba produciendo dolor de cabeza y la cara de Janet se veía mucho más lisa, suave y brillosa con la luz de la luna mostrando solamente su mejor ángulo y ocultando los restos de comida de su cara, quitando todas las demás imperfecciones menores de su rostro dejando visible solo la pura belleza, la luna hacia resaltar los dientes de perla de su sonrisa picarona, luego me miro directamente a los ojos con total suavidad pero logrando una conexión muy fuerte e inseparable, como acariciándome la mirada con sus ojos, hipnotizándome y mostrándome solo lo que yo quería ver, su sonrisa ya no era picarona, su sonrisa ya solo mostraba sus labios, una sonrisa perezosa llena de paz, como esa sonrisa que se genera justo en el momento después de que dos personas terminan de amarse, una sonrisa que te abraza con toda su calma y tibieza, sus labios apenas retocados con lápiz labial para no perder el color rosa natural, le daban un efecto húmedo, como invitándome a besarla, sentía que toda mi cara tenia conexión con la suya, la sentía tan cerca que podía oler el aroma a vainilla del champú de su cabello y sentir el sabor de sus tiernos besos, solo la fuerza de la naturaleza pudo separarme de ese utópico momento, un trueno estallo y ella dejo de mirarme cortando el lazo mágico que se había formado, a duras penas logre recordar lo que estaba por hacer antes de ese momento y atine a decir

–Fantástico, ahora estamos sin luces de emergencia, no importa voy por mas doritos y una cerveza ahora regreso–

 

Me fui al living casi a oscuras tratando de ayudarme inútilmente con la escasa luz de mi teléfono celular así que lo apague y decidí jugar a tratar de abrir la botella de cerveza con lo primero que encontrara a mi alcance en casi total oscuridad, creo que lo que agarre era el celular de Alison, sirvió perfecto para destapar la cerveza pero luego se resbalo de mis manos y cayo debajo de un mueble, me agache para buscarlo Y tanteando note el suelo pegajoso, lleve mis dedos casi al roce de mi nariz para identificar la sustancia con el olor, era desagradable pero para nada familiar, seguí tanteando con mucha intriga y total desorientación hasta que sentí una masa blanda y hasta parecía… Carnosa… mi confusión crecía a medida que investigaba a ciegas y de repente algo pasó rápido por encima de mi mano, me asuste, me levante rápidamente y sentí un fuerte golpe en mi cabeza, Aoh! Grite dolorido. Por momentos pensé que era Alison que me había visto tirar su teléfono al suelo pero el golpe fue demasiado fuerte para ser de Alison y Eric no me golpearía así, al no ver a nadie deduje que yo mismo me había golpeado con el borde del amueblado gracias al susto.

Al volver hacia la habitación tome la botella y otra bolsa de doritos mientras iba pensando en la idea de colocar ratoneras en la casa, me estaba empezando a sentir desganado, desanimado, incluso hasta angustiado y un poco tembloroso, creo que el golpe y el susto aceleraron por demás el proceso químico de la cerveza porque toda la cocina me daba vueltas y respiraba ya jadeando con dificultad.

Se me estaba pareciendo eterno el regreso hacia la habitación, las voces de mis Amigos me parecían cada vez más distantes y antes de llegar a la habitación un fuerte frio recorrió por toda la longitud de mi espalda dejándome atónito, pero el miedo me quito el estado de borrachera avanzada y entre a la habitación como si nada hubiese ocurrido

Alison seguía con sus gritos de niña miedosa  –Ay! Me asusta–

Eric ya estaba algo intolerante y su tono de voz algo elevado

–Pero son solo truenos nada más–

Alison trataba de justificarse  –Ya se pero lo que me asusta es el ruido–

Janet interrumpe con un pensamiento un tanto incoherente y sonando como a poesía siniestra  –A mí me asusta más el silencio–

–El silencio?– dice Eric extrañado arqueando una ceja

–Sí, el silencio– Asintió Janet, como si todos la entendiéramos

– Es que por ejemplo, si vemos que alguien entra a la casa ahora y hace ruido sabemos dónde está y que está haciendo pero si entra y se queda en silencio no sabemos nada y nos puede atacar en cualquier momento y eso da más miedo–

Yo acote con el pensamiento de Janet para ponerme en contra de Alison

–Tienes Razón eso si da miedo–

Janet se asombró cuando me escucho al igual que los demás –Alan! Donde has estado? has tardado mucho, estas bien?

Mirándola extrañado dije – En la cocina buscando cerveza y más doritos, a ver si no te los devoras todos y compartes corazón–

Eric también intrigado me pregunto  –Es cierto, porque tardaste tanto Amigo?-

Continúe haciendo caras de interrogante sospechando por dentro que planeaban una broma y de seguro era idea de Janet

–De que hablas? Fue tiempo record habrán sido dos o tres minutos como mucho y además en total oscuridad, que tal eh? –

No parecía que Eric estuviera bromeando pero es militar sabe cómo poner la cara seria sin reírse –Amigo, has tardado cerca de 20 minutos–

Alison contesto también con cara muy seria –Es cierto, hasta yo me preocupe–

 

No les iba a seguir el jueguito me reía irónicamente mientras contestaba –Ustedes me quieren tomar por loco o asustarme con una broma, no voy a caer–

Janet argumento –No cielo mira, la botella estaba llena cuando te fuiste y la vaciamos, en dos o tres minutos no la pudimos tomar a toda–

Me senté al lado de Janet verifique que la botella estuviera vacía y les dije

–Borrachos, yo sé cuánto tarde y fue tiempo record–

Janet se notaba preocupada, siempre ha sido buena para mentir – Ay! Amor tienes sangre en la cabeza, creo que te golpeaste la cabeza y te desmayaste–

Yo seguía riéndome pero esta vez un poco molesto

–Bueno, no van a terminar con la bromita verdad?–

Alison con peor cara de asco que cuando vio la rata me miro y me dijo

–Es cierto, tienes sangre en la cabeza… y en tu mano derecha–

Mire hacia mi mano extrañado era demasiada sangre, toda la palma estaba cubierta

Janet me regaño, me jalo del brazo y me sentó violentamente en la chillona cama para analizar la herida

Toque mi cabeza en donde había sentido el golpe y sentí la zona sensible, era cierto estaba sangrando.

Janet me limpiaba con el repasador que había llevado para limpiarnos las manos

 

–Ay ay ay!– Exclama Alison Asustada, tan chillona como las maderas

Yo ya molesto por sus gritos le dije de muy mala manera –Bueno Alison son truenos solamente puedes parar de gritar? –Me-duele-la-cabeza– dije pausado al final para tratar de que no se le olvide

 

Eric se molestó con migo y más serio de lo acostumbrado me respondió

–No que truenos? No escuchaste ese portazo? Fue aquí adentro de la casa creo que fue el living–

–No– Le respondí dudoso

–Amigos de que hablan? Las puertas están cerradas, no puede cerrarse ni golpearse nada–

Eric con voz firme como de soldado en guardia me dice

– Ese si lo Escuchaste? Fue más fuerte y se cayó una botella–

–No, tampoco– Le respondí

Janet seguía limpiándome, la herida que no dejaba de sangrar

–Corazón, estás muy raro desde que desapareciste  todo ese tiempo–

Alison se posiciono en frente mío sosteniéndome de hombros, me miró fijamente como buscando toda mi atención y me dijo lentamente – Alan escúchame, no estamos bromeando, está ladrando tu Perro, ahora si lo escuchas Alan?–

 

Ese sonido si era claro para mí –Si eso sí lo escucho pero escucho que ladra afuera– Les dije, ya no sabía si era una broma o no, me estaban asustando de verdad y hasta Alison actuaba bien.

 

Eric se paró de la cama de golpe me sujeto del brazo como pidiéndome ayuda para controlar la situación y dijo –Entonces alguien se metió en la casa y por si fuera poco no se ve nada–

Hizo una pausa y me ordeno con una voz fría y alarmante de teniente hablándole a su pelotón

–Olvida la herida y ayúdame a mover los muebles contra la puerta–

–Sí– dije sin dudar, sin terminar de entender nada de lo que pasaba mientras agarraba la cómoda

– Sostén de aquella punta, No, no arrastres que se traba con los azulejos y seguro se rompe una pata, levanta con fuerza y Tira! – Le decía fingiendo tener control de la situación –Ahora empuja hacia la puerta!–

El roble era pesadísimo, mientras le hablaba patee sin querer la luz de emergencia y esta comenzó a funcionar nuevamente

Alison me gritaba desesperada  –Eso tampoco lo escuchas? Está golpeando la puerta con algo–

Yo seguía sin escuchar nada de esos sonidos, solo escuchaba a mi perro ladrar desde afuera

Eric me ordenaba ayuda mientras sostenía el mueble –Sostén la puerta, Ayúdame Alan!–

Janet que parecía la más estable de los cuatro también gritaba desesperada –Que quieres? Quién eres? No tenemos nada vete!

Yo seguía sosteniendo la puerta aunque sin escuchar o sentir ningún golpe contra la puerta, estaba totalmente confundido y la luz de emergencia me aturdía más por momentos pensé que me había desmayado con el golpe y todo esto lo estaba soñando, la cabeza me escocia del dolor, las actitudes de los chicos eran demasiado reales para ser una broma

El grito de Eric estallo contra la puerta –Tienes mi Billetera arriba de la mesa, Deja de golpear, Agárrala y lárgate!

Alison se había quebrado en llanto – Que se vaya, por favor que se vaya–

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