SinfoníasParalelas   Capítulo 8 «Antifaz de Ladrona»

Tarde pero volvi, esta vez escribiendo desde la perspectiva de Roxanne

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Sinfonias Paralelas Capitulo 1 Decisiones

 

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7:27 am Roxanne apagaba el despertador antes de que sonara y optó por meditar en la cama sus 3 minutos extras.

Aparto las sabanas de un tirón y desnuda como se encontraba se dirigió hacia ventana, la abrió de par en par y respiro del aire que no tardó en invadir la habitación y cubrir su piel en un dulce y fresco escalofrío.

 

Las calles de París se encontraban vacías, los demás vecinos dormían, el mundo entero dormía, excepto ella, le agradaba pensar que era la única.

 

Adoraba el aroma del aire del 7to piso, y la sensación de frescura que dejaba en sus labios al inhalar. El aire era más limpio allí, no la basura que respiraban los simples mortales de los pisos más abajo.

 

Uno de los placeres que más adoraba era dormir desnuda y sobre todo sin compañía, solo las sábanas tenían permitido tocar su piel durante su sueño, no deseaba sentirse atada a nada ni a nadie, no se mezclaba en trabajos donde tuviese que convivir con otros colegas y mucho menos se enredaba en romances, le gustaba pensar que era totalmente libre e individual y que solo ella tomaba las decisiones sobre su vida.

Trabajaba sola, y la seducción la utilizaba solo como una herramienta, aunque de vez en cuando tenía sus necesidades.

 

Ser una ladrona y una oportunista era la forma de vida que mejor se adecuaba a sus intereses. Se colocó unos shorts, un top deportivo, y un pequeño monedero en forma de conejo de peluche con una oreja rota y todo maltratado que había puesto como llavero. Tomó un rápido desayuno y salió a las calles de París por unos minutos de ejercicio.

 

 

Notas

 

Eiffel sonaba a todo volumen en sus auriculares, ella acoplaba el ritmo de su trote a la música.

La Place des Voges siempre estaba desolada a esa hora. Iba por la segunda vuelta al perímetro de la plaza cuando comenzaban a aparecer indicios de vida humana. Colegialas de polleras diminutas, camisas en las que no le entraban los pechos, mochilas y enormes moños color rosa, una enorme contradicción entre el deseo de ser princesitas por siempre viviendo en su burbuja de fantasía y las hormonas inquietas queriendo conocer la buena carne masculina. Como ese tipo, ese que corría a la par de su Bull Terrier. La sudadera blanca de mangas cortas, ese buen par de tanques de oxígeno que tenía de brazos y la cabeza rapada lo hacían verse como una copia a gran escala de su perro, aun así a Roxanne le dieron ganas de llevárselo a casa de mascota, colocarlo en cuatro patas y hacer de él un perrito fiel y obediente.

 

Una típica anciana adinerada abrazada a su perro de cartera venía en contramano al recorrido de la joven deportista, adornada con tantas joyas y mal combinadas que parecía que se hubiese estrellado contra una vidriera de Tiffany & Co.

<< Le sobran joyas, no me vendría mal precalentar mis otras habilidades por si acaso >> Pensó, pero al instante recordó que ya no se dedicaba a eso, nunca más, sus capacidades ahora apuntaban a objetivos superiores, ya no eran sólo para evitar el hambre.

Su rutina fue completa pero ligera para no cansarse demasiado. Flexiones, abdominales, estiramiento, el ejercicio le permitía mantener su mente clara, controlada y sus nervios fríos y firmes.Nada debía fallar. Esa misma noche era la noche del robo,  todo lo que  venía a continuación debía ser perfecto.

Un vagabundo demasiado abrigado para el clima con una campera gris oscuro de unos cuantos talles más grande y con la capucha puesta estaba sentado en uno de los bancos alimentando a una que otra paloma.

El asqueroso mendigo no paraba de mirarle las nalgas y los pechos. Cuando termino las flexiones el vagabundo había cambiado de lugar a un banco más cerca de ella. << Maldito pervertido, te gusta lo que ves ?>> Quizás fue instinto o solo paranoia pero sintió los ojos muertos del Fantasma clavados en ella. Decidió acercarse al banco con la excusa de atar su tenis deportivos y comprobarlo.

-Bonito día no ?-

El mendigo pareció ignorarla, su rostro estaba demasiado oculto, por lo que Roxanne improviso.

-Sabe dónde puedo encontrar un almacén cerca de aquí ?- Exhibió su dentadura en una falsa sonrisa.

El mendigo dobló su cabeza hacia ella lentamente, solo se veían sus ojos fríos asomándose bajo la sombra de la capucha. El hombre sin hogar hizo caso omiso a la pregunta y se limitó a extender su mano en favor de dinero. Roxanne respondió apartándola de un manotazo, pero el tipo la agarró del brazo y la tiró de espaldas contra el banco, subió sobre ella e intentó besarla, o morderla, quien sabe.

Ella luchaba por sacárselo de encima, le dio un buen golpe con su rodilla en la entrepierna que hubiese paralizado de dolor a cualquiera pero no tuvo efecto, su rostro estaba muy cerca del suyo. Roxanne tardó en entender que llevaba una cantidad de delineador excesivo alrededor de los ojos, se veían crueles y hambrientos, pero de qué ?

Lo extraño es que no olía a alcohol, ni a putrefacción dental, ni a suciedad, no olía a vagabundo, no tenía el mismo olor que el hombre que abusaba de ella cuando aún era débil. No olía a nada, o más bien, olía a mujer.

Logro darle con la rodilla en el abdomen, el hombre dejó escapar el aire de sus pulmones acompañado de un chillido agudo de dolor, y Roxanne tuvo las fuerzas para apartarlo de una patada y hacerlo caer.

-Maldito cerdo degenerado- Dijo y lo pateo unas cuantas veces más en el suelo antes de voltear camino a casa. Sus auriculares se habían roto, había hecho más ejercicio del que había planeado y sus nervios fríos se habían visto alterados. Giro una vez más para disfrutar la escena del pervertido agonizando en el suelo y la sorpresa fue que este ya se encontraba caminando en la dirección contraria sin el menor indicio de haber sido apaleado.

 

Notas

 

Camino a casa recordó las palabras que le había dicho el Fantasma hace tiempo atrás, la habían intimidado demasiado aunque ella se negaba a aceptarlo.

<<“Eres una vulgar ladrona. Yo soy bueno desafiando y superando, así que ahora soy mejor estafador que tú.”>>

-Como si un pianista ciego pudiera ser mejor ladrón que yo-

 

<<”Recuerda bien que si te atrapan te mataré, si intentas huir te mataré y si por un segundo tratas de engañarme suplicaras que te mate”>>

 

-Jamás sospecharas que ya tengo un nuevo comprador y antes de que te des cuenta estaré demasiado lejos-

<<”Me gusta mucho el sabor de las fresas, sobre todo cuando el sabor proviene de labios suplicantes”>>

 

Acompañó sus pensamientos con la imagen del Fantasma chupando repulsivamente el hielo del vaso. Eso la hizo asquearse y enfurecerse,  aunque no quería reconocerlo, eso también le asustaba.

 

-La última persona que me obligo a suplicar ahora es carne de gusanos, no te recomiendo amenazarme estúpido infeliz-

Al sacar las llaves de su departamento noto que su llavero ya no estaba – Merde!! – Masculló. No tenía mucho dinero pero era el único objeto sentimental que conservaba.

<<Ese malnacido vagabundo debió tomarlo, o lo perdí durante la lucha>> Ya no importaba, su futuro valía mucho más que su pasado.

Un mensaje interrumpió sus pensamientos en voz baja. Miro su celular, un par de minutos se alejaban de las 8 y 30 Am era un mensaje de él.

Se encontró sonriendo estúpidamente a la pantalla, y se sorprendió de la inexplicable alegría y el calor en sus mejillas que le habían causado unas simples palabras.

 

De: Violinista

Hare de su piel mi cielo nocturno y pondré en él un beso por cada estrella que nos observe esta noche.

 

Rta:

Idiota, has logrado sonrojarme. Espero que cumpla, mire que tengo las estrellas contadas.

 

De: Violinista

Entonces le prometo perder la cuenta y volver a comenzar.

 

<<Es un tonto pero me gusta>> Pensó  <<Lastima que esto acabe tan pronto>>

 

Rta:

La poesía de sus palabras agita el corazón y los demás sentidos que se encuentran atrapados en mi cuerpo, desbocados por salir.

 

De: Violinista

Suya… es toda mi poesía… Ladrona de mis deseos.

 

Roxanne agitó la cabeza en negación ante ese último mensaje.

<< “Ladrona” mala elección de palabras Morghullis, has hecho que la poca magia que había en mí se acabe >>

Roxanne le siguió el juego pero esta vez con pocos ánimos

 

Rta:

Más le vale hacer real esa promesa, soy una mujer pretenciosa, de gran apetito sexual y de poca paciencia.

 

De: Violinista

Lo sé, eso mismo canta la música de su cuerpo

 

Roxanne secó el sudor de su frente sin apartar la vista del mensaje y frunció su ceño como si eso le ayudara a entenderlo.

Se rindió y se decidió por darle una respuesta rápida y cruda.

 

Rta:

Estaré en tu departamento 9:30 pm a más tardar, llevaré yo algo para beber ya que tus gustos por el vino son espantosos.

Arrojó el celular a un sillón y se dirigió a la ducha.

 

Una vez que estuvo bajo el agua caliente sus pensamientos se centraron en el plan, detallando pasa a paso el robo del legendario violín. Pero al poco tiempo su cuerpo se llenó de sensaciones, el agua caliente la ponía de muy buen humor, no siempre había tenido la posibilidad de ducharse con esa comodidad, o de vivir sola en un departamento rentado, o de irse a dormir sin el estómago vacío. El agua caliente más que nada le recordaba lo lejos que estaban esos amargos tiempos y que ya nadie le obligaría a hacer nada que no deseara.

 

Sus pensamientos vagaron hasta los recuerdos de aquella vez que compartió una ducha y unas cuantas caricias con su víctima. Aquellas manos varoniles abrazándola desde atrás, enroscándose en su vientre, manos fuertes pero cuidadosas, enjabonando su cuerpo, deslizándose suavemente por su piel, llenándose con sus pechos.

Los labios de su pobre víctima, sedientos de placer, bebiendo a besos el agua de su cuello, su erección apoyada en la base de su cadera.

 

Eso y el agua al palpar su cara la hacían estremecerse y excitarse a la vez.

<<Será un ingenuo, pero sabe muy bien como complacer a una mujer >> Su excitación se trasladó de sus recuerdos al momento presente, y no pudo evitar evocar a Brand a su fantasía, dejó escapar un gesto de placer y las gotas de lluvia repiquetearon en sus ojos cerrados y en sus labios entreabiertos. Comenzó a enjabonar su cuerpo innecesariamente retorciéndose bajo su propio tacto imaginándose allí con su violinista

<< Has logrado ponerme de muy buen humor chico ingenuo, esta noche será la última, haré que valga la pena por el precio millonario que te toca pagar >>

 

 

Notas

 

La noche llegó pronto, a la luna llena de aquel último encuentro ahora le faltaba un bocado.

Roxanne arrojó la corbata al suelo de la habitación y ya le estaba desatando el cinturón, le había metido la lengua en la boca para provocarlo, había buscado dentro de su ropa interior para sacarle el miembro….

 

-Espera- La detuvo –Despacio, quiero que esta noche no se termine, tengo promesas que cumplirte- Se metió dentro de su boca invadiéndola con perversa suavidad, por primera vez ella estaba sintiendo un beso con todos sus detalles, el verdadero sabor de aquellos labios, eran dulces, su aliento fresco, el perfume escapándose del cuerpo de su hombre. El hombre le pellizco con sus dientes el labio inferior, mezquinando el placer brusco que ella deseaba y alimentándola de lujuria hasta el éxtasis… Sus instintos le pedían más fuerza, mayor rapidez pero Brand la amonestaba y repetía –Despacio- Volvió a besarla – Esta noche serás mía, a mi ritmo y melodía-

Recorrió con su lengua su garganta hasta el lóbulo de su oreja y lo chupo, y se detuvo a chuparlo un rato más.

 

<<Aaaah no me hagas eso >> Pensó, pero por dentro no quería que se detuviera, la sensación de agonía era adictiva.

Le resultaba  increíble que una caricia tan simple la hiciera estremecer de esa forma, nadie la había puesto jamás en ese estado de necesidad. El sexo siempre había sido tosco y simple, y ahora frente a este hombre su corazón se estaba desbocando.

 

Sintió el calor que traspasa las ropas como si no existieran. Brotó una urgencia por hacerlas desaparecer y al mismo tiempo la necesidad confusa de prolongar la agonía.  Retardar el momento en que las pieles se encuentren sin nada que se interponga entre ellas. La necesidad de tocarlo piel con piel.

Brandam le soltó las tiras de su vestido, ella sintió la tela deslizarse por su piel y cosquillear en sus pezones antes de  que tocara el suelo, se sorprendió de lo sensible al tacto que estaba.

 

Y tal como lo prometió, sus besos estaban llenándole la piel, cubriendo cada espacio, milímetro a milímetro. Sin la menor prisa… Colmándola de emociones.

 

Una contradicción entre el deseo por tenerlo todo y de seguirlo deseando eternamente como algo prohibido. La anticipación, el conocimiento de saber exactamente como lo sentiría dentro de ella. Al mismo tiempo sentir como si toda la experiencia fuera completamente nueva… como descubriendo un regalo que no se esperaba.

 

Sin darse cuenta Roxanne ya había entrado en su juego, estaba amándolo al ritmo que Brand la llevaba. Su víctima se había convertido en victimario. Ella le había otorgado el control sobre si, no quería pensar en nada… Solo dejarse guiar por él.

Una a una las prendas puestas fueron cayendo al suelo, revelando dos figuras hermosas queriendo fundirse en una sola. Por primera vez Roxanne se sintió intimidada en su desnudez, despojada de ropas, de ambiciones, de deseos de poder. Ya no quería devorarse al mundo, solo quería devorarlo a él.

 

Acariciaba el cabello de su amado mientras lo invitaba al calor de sus pechos. Y a su sabor.

La idea era totalmente absurda pero sentía los labios de Brand posados en su corazón, como si amagase a morder una fruta. Luego sintió sus labios deambular en todo su cuerpo al mismo tiempo… Sabía que  eso era imposible… pero así lo sentía…Lo sentía visitar su boca, su cuello, sus senos, bajar por su vientre, su ingle, sus piernas y lo que hay entre ellas.

 

Sin darse cuenta como ni cuando, estaba acostada en la cama, enceguecida de pasión.

Su perfecto hombre acompañaba aquellos besos con dedos inquietos, dejando caricias como una pluma. Recorría con labios, dedos y lengua, dejando su marca en lugares a quien nadie más ha llegado jamás.

Ella también probó de su sabor,

Lentamente tratando de controlar su desesperación, hasta olvidar su propio nombre… El real y el falso que estaba adoptando.

 

La calma con la que la trataba la desesperaba… Pero las ansias hacen al momento más deseado y más placentero.

Sintió como poco a poco su hombre se deslizaba dentro de ella, humedeciéndola aún más.

Ya había estado dentro de ella muchas noches… Pero esa vez, la sintió como si fuese la primera… Rodeada de su piel, de su perfume, del peso de su cuerpo sobre el suyo, unidos en comunión perfecta… Ella lo anhelaba por fuera y por dentro.

Alcanzó la liberación y sintió todo su cuerpo explotar, no solo ahí debajo donde siempre lo había sentido… Sus piernas estaban temblando… Un poco menos que su corazón.

Lo sintió explotar a él también, quizás por pereza o cansancio, pero él no se apartó de dentro de ella.

 

Se quedó dentro de su cuerpo… Dejándolo completo sin espacios… Lo más cerca que se puede estar un ser de otro… Inmóvil… Anclado a ella.

Cuando por fin se apartó, se quedó en silencio a su lado perdido en sus ojos.

 

-Hermosa canción la que toca su cuerpo- rompió el silencio al fin. Roxanne no entendió, tampoco le preocupo entender, ya nada le preocupaba, sólo se limitó a abrazarlo y sonreírle… Esa vez su gesto fue legítimo.

 

<< Merde!! Las estrellas formarán una constelación con nuestras figuras en honor a lo que este hombre me acaba de hacer>>

 

Notas

 

Sucedió dos veces más aquella noche. Hubiese habido una tercera si Roxanne no lo hubiese dormido con cloroformo para evitar que despertara.

 

-Lo siento mucho, realmente lo siento- Dijo, besó su mejilla y se dirigió a la sala en donde se encontraba el Hueso Dragón

Y allí estaba en su vidriera, flamante, inmaculado, pulcro y sin mayor seguridad que una cerradura cuya llave ya tenía una copia en sus propias manos.

 

 

Colocó la llave en la cerradura pero vaciló antes de girarla.

<< No necesito los millones que vale este violín >> Pensó

<<Puedo quedarme con este hombre y compartir sus millones, ya no tendría que seguir huyendo ni cambiando de nombre>>

Había trabajado y esperado demasiado por ese gran golpe. Pero allí estaba su paga, brillando en blanco marfil, y no le apetecía en lo más mínimo.

<<Pero debería adecuarme a sus reglas. Es su dinero serán sus reglas>>

-No, debo seguir- Pensó en voz alta para convencerse.

<<Podría ser tan malo acostumbrarme a él ? A compartir mi piel con la suya por las noches luego de contar estrellas ?>>

-No, esta es mi forma de vida, me va bien así. No la cambiare por él ni por nadie-

 

Dejó caer su mochila al suelo, no fue difícil convencer a Brand de que en ella traía “cosas”  de su trabajo y que por la mañana muy temprano debía empezar su rutina laboral. Honestamente no le había mentido. Saco de su mochila una réplica exacta del Hueso Dragón, y hasta venia incluido el arco.

 

Giro la llave pero en lugar abrirse con el clásico “Clac” juro haber oído la nota de un violín y la cerradura no abrió. Intentó por segunda vez y esta vez el sonido fue más claro, Roxanne miró en todas direcciones, no vio nada, y la llave seguía a medio girar dentro de la cerradura. Maldijo al cerrajero por hacer una copia barata y optó por las clásicas ganzúas. Con toda su paciencia y habilidad colocó la ganzúa y un objeto afilado en la cerradura y cuando estuvo a punto de hacer coincidir el último código la ganzúa se rompió y otra vez algún violín chillo. -Merde!!- Maldijo << Esto me está volviendo loca, definitivamente no es mi día >>

Y un segundo intento con ganzúas y esta vez fue exitoso. Reemplazó los violines con tanta urgencia que el rompio el cierre de la mochila. No le agrado lo mas minimo la idea de ir por las calles con un violín valuado en millones así tan expuesto, pero no tenía más remedio que dejar la mochila a medio cerrar. Inconsciente por la prisa cerró la vidriera con llave, sin problemas, solo por curiosidad intento abrirla de nuevo con la misma llave, y vio que funcionaba sin dificultad. –Maldita suerte la mía-

 

Se dirigió con su mochila cargada a la habitación donde había pasado su única noche de mil maravillas, Su víctima aún dormía bajo los efectos de la droga. Lo beso en la mejilla y murmuró

-Lo Siento Brand, debo estafarte en vez de compartir la vida contigo. Hubiese sido fantástico, lo siento, no soy buena para ti-

Lo besó en los labios y con su mochila repleta de millones en oro blanco se marchó.

 

Toco el botón del elevador que no tardó en llegar, el 13 le pareció un número divertido <<Ya he tenido demasiada mala suerte hoy, qué más podría pasarme ?

Las puertas se abrieron al llegar a la planta baja, solo para cerrarse de golpe tras ella justo entremedio de su espalda y la mochila, atrapándola. Tiró para liberarse pero solo consiguió una mochila vacía, el instrumento se habia safado, lo oyó caer y rebotar, y el ascensor retornaba al piso 13.

Golpeó con violencia en vano los botones del ascensor, incluso el ascensor adyacente pareció desobedecer la orden. Un monitor de seguridad al lado de la puerta le mostraba la figura del violín solitario apoyado en pared contraria a las puertas, como si el hijo de puta estuviese de manos cruzadas tras su nuca.

 

Su buen estado físico le permitió no desmayarse al subir una gran cantidad de escalones corriendo. << Solo Brand vive en el piso 13, no puede haberse despertado, no ahora >> Llegó sin aliento al último piso y encontró su recompensa, mirándola desde la pared del ascensor, solitario. El violín hacía rebotar una ráfaga de luz del techo como un espejo, justo a la altura de los ojos de Roxanne. Tuvo que utilizar ambas manos para proteger su rostro de la luz al acercarse. El haz de luz fue encogiéndose a medida que las puertas volvían a cerrarse. Un nuevo tono de violín sonó, o quizás fue que el cansancio la había vuelto loca.

 

De cada cuatro escalones la joven atleta pisaba uno al bajar. Un practicante de parkour no podría haberlo hecho más rápido. << Maldito aparato. Habia funcionado bien anteriormente, tenia que volverse loco justo ahora ? >> Antes de que toda la ráfaga de luz volviera a consumirse tras las puertas al cerrarse la muchacha cabreada hizo uso de toda la fuerza bruta que puede tener una mujer. Con brazos y piernas alcanzó a formar una traba humana contra la abertura, colocó al Hueso Dragón en su mochila, logro reparar el cierre de un tiron y se dignó por abandonar ese maldito lugar, no volvió a oír sonidos extraños.

 

Caminando camino a casa con su premio seguro tras su espalda, decidió que al llegar tomaría un merecido descanso para aniquilar la fatiga. Demasiadas cosas extrañas le habían ocurrido últimamente, empezando por el vagabundo degenerado que intentó abusar de ella y la pérdida de su último recuerdo material de su escaso pasado feliz.

Concentrada en sus pensamientos golpeo a alguien con su hombro al pasar, no se interesó por pedir disculpas y ni siquiera por voltearse a mirar.

 

-Señorita- Le dijo una voz – Se le ha caído algo-

Cuando bajó su mirada al suelo reconoció esa oreja cortada y el pelaje sucio y maltratado de su monedero de peluche. Al levantar la vista confundida oyó un disparo muy silencioso y algo en su abdomen comenzó a dolerle… frente a ella estaba el vagabundo encapuchado con un arma apuntando en su dirección, sólo que bajo esa ropa  esta vez se encontraba una mujer… con una excesiva cantidad de delineador en contorno a sus ojos. << Jajaja usa antifaz >> Pensó, y estúpidamente comenzó a reír, lo cual  supuso que era lógico ya que a la vagabunda pareció resultarle gracioso también.

Bajo su mirada hacia su abdomen y encontró un dardo con una ornamentada pluma roja en su punta, de esos que se usan en películas con animales salvajes, le pareció bonito, las piernas se le entumecían y se dejó caer de rodillas… Se sentía ebria, también le resultó cómico y desencadeno otro ataque de risa.

Las risas se fueron desvaneciendo… El mundo se fue oscureciendo a su alrededor… Se sentía muy cansada… Se acostó al lado de su conejo y lo abraso.

-Duérmete- Sonó otra vez aquella voz entre sueños –Pronto llegará la parte donde suplicaras que te matemos- Oyó a la voz reír.

-Tú y tu trofeo vendrán con nosotros-

Con su última voluntad de lucidez abrazo más fuerte a su conejito <<Debí quedarme en la cama contigo Brand, debí quedarme a tu lado>>

 

 

 

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